Algunos hongos, o mejor dicho, altos concentrados de sus
compuestos activos, han demostrado tener un gran potencial en el tratamiento
del cáncer de ovario. Los estudios sobre Reishi, por ejemplo, se han centrado
en su actividad anticancerígena y en su capacidad de modular el sistema
inmunitario, logrando excelentes resultados combinados con otros tratamientos.
Estos
ejemplos mejoran las expectativas en el tratamiento de un tipo de cáncer que,
no siendo el más frecuente (es el sexto si tenemos en cuenta el nuevos casos
diagnosticados y muertes anuales), tiene una tasa de supervivencia
relativamente baja debido, en gran medida, a la ausencia de síntomas que
permiten un diagnóstico precoz.
Con el fin de
mejorar las cifras actuales (una vez diagnosticado, alrededor del 40% de las
pacientes sobreviven más de cinco años) se investigan nuevas formas de
quimioterapia y otros tratamientos médicos, así como nuevos compuestos
naturales con actividad anticancerígena para su aplicación potencial en el
tratamiento del cáncer de ovario. Entre dichos compuestos, los presentes en
algunos hongos comestibles ya han mostrado su gran potencial. En este artículo
examinaremos cómo dichos hongos, en forma de nutracéuticos, pueden ayudar en la
prevención y tratamiento del cáncer de ovario.
Prevención primaria para reducir la incidencia de cáncer
El cáncer se rige actualmente como uno de los problemas sociosanitarios de mayor magnitud. Según datos de la OMS, junto con las enfermedades cardiovasculares, el cáncer es actualmente una de las primeras causas de muerte a nivel mundial. Dicho organismo juzga que alrededor de un 40% de los cánceres podrían evitarse con pautas de comportamiento saludables.
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), por su parte, estima que más de 32.000 muertes anuales por cáncer en España son debidas a una dieta inadecuada y al sedentarismo, y aconseja la prevención primaria, a través de hábitos saludables, como uno de los principales factores para reducir su incidencia.
La cultura occidental nos genera numerosos cambios en nuestra alimentación y estilo de vida: mayores niveles de estrés, tabaquismo, consumo elevado de alcohol, sedentarismo o sobrealimentación, ingesta excesiva de proteína animal, productos lácteos, grasas saturadas, azúcar blanco y otros carbohidratos refinados; hábitos que han relegado al olvido la dieta tradicional y han allanado el camino hacia una mayor incidencia de cáncer y otras patologías modernas, propias de las sociedades del bienestar.
La célula constituye la unidad básica de cualquier ser vivo, por lo que desde el punto de vista científico, el cáncer es esencialmente una enfermedad de la célula que puede desarrollarse lenta, silenciosa y progresivamente durante años e incluso décadas antes de producir sintomatología, en función del terreno más o menos propicio en el que se desarrolle la célula cancerosa. No obstante, aunque el organismo genera células defectuosas constantemente, el cuerpo, gracias al sistema inmunológico, dispone de distintos mecanismos para su detección y bloqueo.
Desde esta perspectiva, debería contemplarse el cáncer como una enfermedad crónica sobre la que podemos actuar diariamente en un alto porcentaje alimentándonos de forma equilibrada y saludable e incluyendo en nuestra dieta alimentos ricos en fitoquímicos y compuestos anticancerosos, con capacidad para tonificar el sistema inmunológico e influir positivamente sobre la salud, como los que encontramos en el shiitake (Lentinulaedodes), el maitake (Grifola frondosa) o el reishi(Ganodermalucidum).
Hongos
estudiados en el cáncer de ovario
Reishi
(Ganoderma lucidum)
El Reishi ha
sido utilizado en medicina tradicional durante más de 2000 años, incluido
el cáncer. Entre todos los hongos medicinales tradicionales, es aquel en el
que más estudios científicos se han realizado y es, por el momento, la especie
mejor conocida en occidente, donde ya se aplica en la promoción de una adecuada
respuesta inmunitaria.
La
investigación realizada se ha centrado tanto en su actividad moduladora del
sistema inmunitario como en su actividad anticancerígena. Concretamente, en el
cáncer de ovario ya se han observado resultados relevantes.
Diversos
estudios previos ya habían revelado que los extractos de Reishi inhibían el crecimiento
de células tumorales de cáncer de ovario, impidiendo su multiplicación y
promoviendo la denominada muerte celular programada (apoptosis), incluso en
células resistentes a quimioterapia. Con lo cual, ya se anticiparon
ventajas en el tratamiento combinado entre quimio y Micoterapia.
Uno de los
aspectos más relevantes de la investigación con este hongo es que ya existen
estudios en pacientes de cáncer de ovario, lo que permite evaluar los
beneficios que estas terapias pueden producir. Así, en un grupo de pacientes
que ya se había sometido al menos a dos ciclos de quimioterapia y donde los
especialistas no observaban reducción del avance de la enfermedad, el consumo
de extracto de Reishi fue capaz de estabilizar el crecimiento de los tumores en
12 semanas. Este estudio en pacientes ha demostrado el gran potencial de
este hongo puede tener.
Maitake,
Shiitake y Cordyceps
Aunque hasta hace
pocas décadas, las propiedades de los hongos medicinales se desconocían en
Occidente, la gastronomía y la farmacopea de la medicina tradicional china se
han servido durante siglos de los alimentos como remedios para prevenir o
tratar distintas enfermedades, utilizando una extensa variedad de plantas y
extractos de hongos medicinales con fines terapéuticos.
En este sentido, merecen especial atención el shiitake, el maitake y el
reishi, cuyo valor terapéutico no reside tanto en sus nutrientes sino
en sus principios activos, muy especialmente los polisacáridos, principalmente
β-glucanos, por su acción inmunomoduladora y sus ampliamente estudiados efectos
anticancerígenos, con capacidad para estimular el sistema inmunológico sin
hiperactivarlo.
Así, al igual que
el resto de nutrientes que deberían formar parte de una dieta sana, equilibrada
y suficiente –cereales integrales, leguminosas, especias y hierbas aromáticas,
verduras, hortalizas y fruta de temporada, semillas, frutos secos y proteínas
saludables–, estos tres hongos medicinales, además de su
interés nutricional, pueden incluirse de forma habitual en numerosos platos de
la cocina diaria por sus contrastadas virtudes nutricionales y terapéuticas:
- Su riqueza en
proteínas los convierte en la ‘carne’ del bosque; especialmente en su forma
seca, se puede equiparar a la carne de ternera.
- Son relativamente
pobres en azúcares simples, con un índice glucémico bajo y una elevada
digestibilidad, si se toman en pequeña cantidad.
- Contienen una
importante cantidad de hidratos de carbono complejos y fibra, indispensable
para mantener la salud de la microbiota intestinal.
- Reducen los niveles
de colesterol en sangre y aportan al organismo gran diversidad mineral: hierro,
fósforo, selenio, potasio, zinc, manganeso, cobre o germanio; éste último,
fundamental en la prevención de procesos tumorales.
- Son bajos en
calorías y ricos en agua fisiológica, razón por la cual se estropean
fácilmente; resultan ideales, en cantidad moderada, en dietas de control de
peso.
- Ricos en
oligoelementos, vitamina C, ergosterol (precursor de la vitamina D, con acción
antiviral y antitumoral), provitamina A y grupo B, especialmente niacina y
riboflavina, estos tres hongos medicinales aportan también al organismo una
gran variedad de enzimas y polisacáridos, especialmente β-glucanos, con gran
capacidad para combatir muchas afecciones y modular la expresión de los genes
en determinados tipos de cáncer.
En dosis
terapéuticas, sus principales propiedades antitumorales, quimioprotectoras e
inmunomoduladoras podrían resumirse en los siguientes puntos:
- Prevención de la
oncogénesis (proceso de formación y desarrollo del tumor).
- Actividad
antitumoral directa contra diversos tipos de tumores.
- Actividad
inmunopotenciadora contra los tumores en combinación con quimioterapia.
- Efecto preventivo
de metástasis.
El shiitake y el
maitake
Por su riqueza proteica y versatilidad de utilización, nos ofrecen un
amplio abanico de posibilidades para no convertir la proteína animal,
especialmente carne y embutidos, en el centro de nuestra dieta. Podemos
incluirlos de forma habitual en numerosos platos, tanto en su forma
seca, previamente hidratados, como fresca: sopas, cremas de verduras, cereales
integrales, legumbres, estofados, risottos, a la plancha con ajo y perejil,
salteados e incorporados como un ingrediente más en ensaladas templadas,
empanadas, cocas de verduras, tartas saladas, masas para croquetas o
hamburguesas, mezclados con algas o proteína vegetal, como el tofu, el tempeh o
el seitan, salteados con verduras…
El reishi, por sus
características organolépticas, ve restringida su aplicación a tan sólo algunas
preparaciones. A láminas, podemos utilizarlo en decocción en caldos o sopas,
infusiones…; en polvo, espolvoreado en pequeña cantidad en algunos
platos, dar un toque agridulce a nuestras vinagretas con miel de reishi
o utilizarla para endulzar infusiones, kéfir, yogur, postres…
En definitiva,
evitar el sedentarismo y los hábitos tóxicos, prevenir el estrés y la ansiedad,
apostar por una alimentación sana y equilibrada, con predominio de alimentos
del reino vegetal por encima de los del reino animal e incluir en la dieta
hongos con reconocidas propiedades medicinales, como el shiitake, el maitake o
el reishi, constituye, sin duda alguna, una potente arma terapéutica,
especialmente valiosa también desde el punto de vista profiláctico, tanto en la
prevención de los cánceres asociados a la dieta, como en el desarrollo de otras
enfermedades propias de las mal llamadas sociedades del bienestar.
Cordyceps

Según
la MTC todos nacemos con una energía vital (jing qi) determinada y almacenada
en el riñón, en donde además acumulamos la energía obtenida de los alimentos.
Esta energía esencial será transmitida a nuestra descendencia. Así pues, desde
el punto de vista de la medicina energética, al potenciar dicha energía renal,
conseguiremos una estimulación de la función reproductora: mejora de problemas
que afectan a la erección y la espermatogénesis en hombres; estímulo de la
ovulación, fecundación y fijación del zigoto en el endometrio en mujeres; y
aumento de la libido en ambos sexos, siendo considerado un verdadero
afrodisíaco. Se sabe que la función eréctil se ve estimulada debido a un
aumento en los niveles de testosterona al inhibir la producción del enzima
5-α-reductasa, reduciendo así la conversión de testosterona en
dihidrotestosterona (DHT), función que realiza el Cordyceps, por lo que se trata
de un complemento muy útil en casos de impotencia. Cordyceps, además de
estimular estas funciones, es considerado un remedio natural para la debilidad
y la fatiga crónica; a menudo es empleado como rejuvenecedor y para recuperar
la energía en casos de convalecencia.
En mujeres, Cordyceps actúa como
estimulador de todas las funciones endocrinas y, dado que tanto la maduración
del óvulo como su desprendimiento del ovario y su acceso al útero están
reguladas por la cascada hormonal, está claro que favorecerá el proceso por el
cual un óvulo maduro se encuentra en el lugar adecuado llegado el momento de la
fecundación. Cordyceps también tiene propiedades antiinflamatorias que podrían
ayudar a regular la excesiva producción de mucosidad que en algunos casos
tapona las trompas de Falopio, impidiendo la bajada del óvulo hasta la cavidad
uterina. Por último, Cordyceps es inmunomodulador, lo que puede remediar otra
de las causas que impide la concepción tras la fecundación como es el rechazo
del sistema inmunitario de la madre a la implantación del óvulo fecundado en la
pared del endometrio y el desarrollo de la placenta, favoreciendo la fijación,
mantenimiento y crecimiento del zigoto en la cavidad uterina, evitando la
pérdida del mismo.
En
relación a la infertilidad masculina, un problema que se agrava año tras año
debido a los malos hábitos adquiridos en la forma de vida actual (alimentación
desequilibrada, estrés, etc), así como a factores ambientales y otras causas,
afectando a la calidad de los espermatozoides y a su producción; varios ensayos
han demostrado que Cordyceps aumenta la cantidad y la calidad de los
espermatozoides. Según las investigaciones de Guo, Y-Z et al., un suplemento de
Cordyceps dado a 22 varones con bajo recuento de espermatozoides durante ocho
semanas produjo un aumento del 33% en el número de espermatozoides, un 29%
menos de malformaciones en el esperma y un 79% de mejora en la supervivencia de
los mismos. En 2007, Lin y sus colaboradores publicaron un trabajo donde
demostraban el aumento tanto en cantidad como en calidad del esperma de
jabalíes jóvenes sometidos a una alimentación suplementada con Cordyceps
sinensis.
–
Guo, Y-Z. (1986) Pharmaceutical Chemistry, Pharmacology and Clinical effects of
Cordyceps Fungus and its preparations (Jin Shui Bao). J. Modern Diagnostics
Therapeutics. 1:60-65. - Lin, W-H. et al. (2007) Improvement of perm
Production in Subfertile Boars by Cordyceps militaris Supplement. Am. J. Chin.
Med. (AJCM), 35(4): 631-41.
Te invito a ver este vídeo de un Testimonio de Cáncer a los Ovarios
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